Finales de julio de este año; víspera, casi, de vacaciones estivales; un calor que no hace falta que os cuente... Suena el teléfono:
- ¡Hola Marta! Quería saber si me puedes hacer una tarta para celebrar el 29º aniversario de la boda de mis padres...
- Claro. Cuéntame cómo quieres la tarta, como iban vestidos... Todas esas cosas que necesitamos saber para personalizar la tarta todo lo posible.
- La tarta blanca, como iban vestidos ambos novios. Él, Paco; ella, Dori...
¿Tarta de fondant blanco y los novios, los dos, vestidos de blanco? El sudor pasó a ser de lo más frío: a ver cómo nos las ingeniábamos para "dar relieve" a una tarta toda de blanco...
La cosa se prometía complicada, pero nos pusimos manos a la obra.
Sabíamos también de que tipo de flores estaba compuesto el ramo de la novia: calas y rosas blancas... ¡La novia iría preciosa! pero la decoración de la tarta se complicaba: más blanco.
No queríamos que la tarta resultara "pastel" ni empalagosa. A pensar...
Y encontramos la solución: simpleza, con un toquecito de color.
La simpleza la obtenemos con una decoración minimalista: los obligados novios, sencillos y sin florituras y unas cuantas flores; y el toque de color con el amarillo de las calas y unos delicados brillos en los bordes de los pétalos de las rosas.
El resultado lo podéis ver en estas fotos, y la galería completa, con más detalles aquí.
Y para quienes seáis aún más curiosos, os invitamos a que nos visitéis en nuestra página web, en facebook o en twitter.
¡Feliz aniversario, Dori!¡Feliz aniversario, Paco! Un fuerte abrazo de
M&M
